Reiki es una palabra sánscrita compuesta que significa energía universal (rei) y energía vital (ki). Esta práctica ayuda a que la energía fluya, mediante imposición de manos, masajes o posturas aplicadas por el terapeuta especializado. Así, el practicante actúa como canalizador de la energía universal, con el objetivo de armonizar los planos tanto físico, como emocional, mental y espiritual de la persona.